—Robot House buenas tardes, le atiende la
extensión 3-5-7-9, ¿en qué puedo ayudarle Don Nicolás?
—Buenas tardes, les llamo porque mi unidad
doméstica se ha desprogramado, no atiende a ninguno de mis comandos.
—¿Ha probado a reiniciarla?
—Sí, hablé antes con la extensión 4-5-8-8 y me
dijo cómo resetear la unidad, pero sigue sin responder.
—De acuerdo, ¿qué fallo está dando?
—Se ha quedado en un arranque continuo;
únicamente saluda, se presenta y me pide una orden, pero cuando se la doy
vuelve a saludar, a presentarse y a pedir una orden, así en bucle.
—Entendido, mandamos un técnico a la mayor
brevedad a su domicilio. Vamos a comprobar la disponibilidad, un momento no se
retire.
—Gracias.
—Disculpe la espera, el primer técnico
disponible puede llegar a su domicilio en tres horas.
—¿Tres horas? Eso es imposible, entienda que mi problema es que
estoy sin unidad doméstica, no pretenderá que cocine yo.
—Comprendo perfectamente el inconveniente, si
lo prefiere tiene una de nuestras tiendas a menos de un kilómetro de su
domicilio, siempre puede acercar su unidad y estaremos encantados de atenderle
y repararla.
—Disculpa, 3-5-7-9, insinúas que la solución
es que cargue con la unidad y me desplace a una tienda física, como si
estuviéramos en el siglo pasado.
—Lamento comunicarle que sí, esa sería la
opción más rápida. El comercio está abierto las veinticuatro horas y le pueden
atender sin espera alguna.
—¿Puedo hablar con un superior? Pero por favor
que sea un humano, no un robot.
—Disculpe Don Nicolás, pero eso sí que es algo
del siglo XXI.
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